Jóvenes sirios refugiados en Turquía, más fuertes que nunca

Jóvenes sirios refugiados en Turquía, más fuertes que nunca

 “Nos fuimos de Siria hace cinco años; la situación era caótica: guerra, todo el mundo peleándose. Así que nos marchamos y vinimos a Turquía”,

Leys Talip, es un joven de 21 años de idlib que hace 5 años llegó con su familia a Turquía huyendo de la violencia en Idlib.

Leys  hace parte de los 3.4 millones de Sirios que ahora viven en en ese país.

“Desde que llegamos a Turquía llegamos un campamento de refugiados y todavía estamos allí. Vivimos en un contenedor”.

El joven, que dejó Idlib cuando estaba en la secundaria y aún vive en el campamento de refugiados de Öncüpınar,dice haber aprendido turco en 7 meses, después de atender un curso en la Universidad de Ankara. Ahora estudia lenguaje y literatura Turca en la Universidad de Killis.

A pesar de su situación, Leys tiene los mismos sueños que muchos jóvenes en el mundo, y mantiene la esperanza de regresar a su país.

“Después de graduarme en Lengua y Literatura Turca, me gustaría hacer un máster, incluso una tesis doctoral, y luego convertirme en académico. Espero que cuando termine la guerra pueda ser trabajar como experto en algún departamento de lenguaje”.

La historia de Zeynep Masri no es muy diferente. Ella es una joven también de Idlib que huyó con su familia en 2012.

“Bombardearon nuestra casa y nosotros estábamos dentro. Mi tío murió y a mi hermano lo hirieron, pero gracias a Dios está bien”.

Ella era estudiante de economía de la Universidad de Aleppo, al año de haber comenzado tuvo que irse a Turquía. Allí tomó un curso del idioma por seis meses y luego trasladó su expediente para continuar estudiando.

Zeynep vive ahora en el pueblo de Narlica, en Antkta, Hatay y atiende a la Universidad Mustafa Kemal.

“Fue difícil, porque en Hatay todo el mundo hablaba árabe, pero como aquí tengo que hablar inglés o turco es más complicado”

Leys y Zeynep además de su historia y nacionalidad, tienen otra cosa en común, su capacidad de adaptación e integración con la sociedad turca, uno de los mayores retos de los refugiados en Turquía.

Ambos asistieron a un campamento juvenil de Halfeti, realizado por el Programa de la ONU para el Desarrollo y sus donantes, en el que estudiantes Sirios y Turcos de seis universidades de 4 ciudades en el este de Anatolia se reunieron para hablar sobre su experiencia y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

En el campamento participó Faik Uyanik, especialista de comunicaciones del PNUD, quien compartió con estos jóvenes.

“El objetivo del campamento juvenil es reunir a universitarios sirios y turcos que estuviesen estudiando en estos lugares y me sorprendió ver lo rápido que los jóvenes se adaptan a una nueva sociedad. La mayoría de los chicos vino de Siria hace dos años, pero ya hablan turco con fluidez. Es un gran progreso. Hablan sin acento. Lo que me pareció más llamativo fue ver cómo se adaptaban y comunicaban entre ellos como si se conociesen desde hacía años “.

Los campamentos son un proyecto que continúa, tienen una duración de 8 días y en ellos los jóvenes reciben estudios de gestión de proyectos y desarrollan ideas para mejorar la cohesión social entre los refugiados sirios y sus comunidades de acogida.

Allí sirios y turcos aprenden el uno del otro, de sus costumbres y cultura. A través de juegos y bailes, levantan las fronteras.

Ser parte del proceso de adaptación es motivo de orgullo. Todos los socios y donantes deberían venir a ver el pr oceso de cerca, para comprobar que su dinero se está gastando en los recursos lugares y objetivos correctos.

El éxodo de Sirios en Turquía ha afectado significativamente los mercados laborales nacionales y locales, y creado una demanda adicional en los servicios municipales y un mayor riesgo de tensiones sociales de las comunidades.

La ONU en Turquía trabaja en la resiliencia de los refugiados sirios desde 2014.

“Lo que queremos es empoderarlos económicamente. El mayor problema que tenemos es que ellos puedan aprender a hablar en turco, conseguir un empleo y adaptarse a la sociedad”-

Los refugiados sirios se encuentran principalmente en la región del sudeste de Anatolia que limita con Siria, sin embargo, la población se está expandiendo a otras regiones.

“Cuando hablas con ellos en turco, cuando escuchas a una persona decir “nuestro hogar fue bombardeado y perdí a muchos familiares, perdí a mi familia y tuve que huir a Turquía con mi tío”, Cuando escuchas esto en tu idioma resulta tan asombroso y esta gente tiene tantas esperanzas. Cuando los miras a la cara, son felices. Pero cuando escuchas sus historias, puedes imaginar lo difícil que es venir aquí después del trauma y adaptarte a la sociedad”.

Turquía ha brindado un apoyo ejemplar a los refugiados sirios, entre otros, proporcionándoles el estatuto de "protección temporal", que con la adopción de la legislación pertinente les permite acceder a los servicios básicos, incluidos la salud y la educación, y el derecho al trabajo.

“Hace poco que tengo la nacionalidad. Turquía se la concede a profesores, ingenieros y médicos. Mi padre es profesor, así que cuando se la dieron, yo también la conseguí”

“Tengo el permiso de residencia. Mi padre solicitó la nacionalidad, pero seguimos esperando. Así que no la hemos conseguido todavía.”

El aspecto clave de la estrategia de respuesta de resiliencia del PNUD es invertir en los sistemas nacionales y locales existentes para garantizar que puedan atender adecuadamente tanto a las comunidades de acogida como a las de refugiados así como se destaca con sus actividades de apoyo a la cohesión social, el intercambio cultural y la solidaridad.


Este plan de la ONU para la integración de los sirios además tiene otros programas de formación profesional y desarrollo en los sectores de agrícultura, manufactura y servicios. También ayuda a encontrar trabajo a los jóvenes de ambos países, organiza actividades de integración en centros comunitarios, fortalece los servicios municipales y entrega fondos para desarrollar pequeños proyectos de emprendedores.

Zeynep no se ha quedado atrás, además de estudiar en la universidad ya ha conseguido trabajo y a la vez ayuda a su comunidad.

“Trabajo como traductora para una escuela, del árabe al turco. Como ahora los niños sirios van a la escuela en Turquía, hay problemas de comunicación. Así que yo les ayudo”, cuenta la joven, cuyo padre, ingeniero agrónomo, es ahora también el director de una escuelita en Hatay.

Perder a los jóvenes que ahora viven en Turquía y otros países fronterizos significaría perder el futuro de Siria. Todos salimos ganando al invertir en estas personas y constituye una obligación para la comunidad internacional invertir más en ello”.

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Dos jóvenes sirios refugiados en Turquía nos cuentan su historia y sus sueños. A siete años del comienzo de la guerra en su país natal, aún no ven la esperanza de regresar y rehacen su vida en un nuevo país y con un nuevo idioma.

Ellos participaron de un campamento juvenil realizado por el Programa de la ONU para el Desarrollo y sus donantes en donde compartieron con jóvenes turcos de su misma edad y descubrieron que realmente no existían las fronteras.

Cortesía entrevistas: Fayik Uyanik/PNUD Turquía

Doblaje: Carlos Martínez, Beatriz Barral, Antonio  Lafuente

Música: Podington Bear

Audio Credit
Laura Quiñones
Audio
8'
Photo Credit
PNUD Turquía