Un estudio publicado esta semana por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) indica que el año pasado se enviaron 200.000 millones de dólares por concepto de remesas a zonas rurales donde habita una mayoría de personas en situación de pobreza.

Esa fuente de dinero proporciona a muchas familias mejores oportunidades para salir de una situación de precariedad y les ayuda a cubrir necesidades básicas como comprar alimentos, recibir atención sanitaria o acceder a una mejor educación, a la vez que ayudan al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

En ocasión del Día Internacional de las Remesas Familiares, Noticias ONU entrevistó a Pedro de Vasconcelos, encargado del Programa de Remesas, Migración y Desarrollo del FIDA, quien compartió sus reflexiones sobre los resultados del informe en América Latina.

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Producción Jordi Trujols